
Mientras el Adviento prepara los corazones para la venida de Cristo, los católicos de todo el mundo celebran tradiciones que iluminan la fe y fomentan una alegre espera. Una de las más queridas entre los católicos filipinos es Simbang Gabi. Esta novena de Misas al amanecer llena las iglesias de música, luz y devoción durante los nueve días previos a la Navidad.
Arraigada en siglos de fe, Simbang Gabi es tanto una preparación espiritual para la Natividad como una vívida expresión de la vida comunitaria. Para las familias y los catequistas, ofrece un hermoso recordatorio de que la mejor manera de prepararse para la venida de Cristo es a través de la oración, el sacrificio y la participación alegre en la vida de la Iglesia. Traiga su Pasaporte católico y viaje con nosotros a Filipinas para la sección de fe global de este mes.

Simbang Gabi, que significa “Misa nocturna” en tagalo, es una serie de nueve celebraciones litúrgicas que tradicionalmente se llevan a cabo al amanecer, del 16 al 24 de diciembre. La novena culmina en Nochebuena con la Misa de Gallo, que da la bienvenida al nacimiento de Cristo al amanecer.
Aunque su nombre sugiere «noche», estas liturgias comienzan antes del amanecer, simbolizando la espera vigilante de la Iglesia por la Luz del Mundo. Asistir a las nueve Misas se considera un acto especial de devoción, que a menudo se ofrece como acción de gracias o en petición por intenciones personales.
La costumbre de Simbang Gabi se remonta al siglo XVII, durante el periodo colonial español en Filipinas. En aquel entonces, los agricultores pedían a los sacerdotes locales que celebraran Misas más temprano para poder asistir antes de comenzar a trabajar en el campo. Los misioneros respondieron celebrando la liturgia al amanecer. Este gesto honraba la devoción y el trabajo diario del pueblo.
Con el tiempo, esta práctica adaptación se convirtió en una preciada expresión de fe. Las campanas de las iglesias repicaban antes del amanecer, llamando a la oración a pueblos enteros, mientras que los faroles iluminaban el camino en las calles oscuras. La tradición permanece profundamente arraigada en la vida filipina, uniendo generaciones en una fe compartida y un orgullo cultural.
Hoy en día, Simbang Gabi continúa no solo en parroquias de Filipinas, sino también en comunidades filipinas de todo el mundo, desde California hasta Dubái, llevando la calidez de la fe filipina a dondequiera que se reúnan las familias.
Estos elementos recuerdan a los fieles que Cristo, la verdadera Luz, entra en un mundo expectante y que el Adviento es un tiempo de esperanza y acción.
Uno de los símbolos más reconocibles de Simbang Gabi es el paról, un farol en forma de estrella elaborado con bambú y papel de colores o conchas de capiz. El paról representa la estrella de Belén y sirve como un faro de fe, guiando a los fieles hacia la venida de Cristo.
Las familias suelen hacer o colgar paróles fuera de sus casas, y los niños disfrutan llevando el suyo durante las procesiones de Adviento. Encender el farol cada noche se convierte en un entrañable ritual familiar y un acto de oración que refleja la alegría y la esperanza de esta época.
Tras cada Misa del alba, los patios parroquiales se llenan de risas, cantos y el aroma de las delicias tradicionales filipinas. Compartir la comida después del culto forma parte de la calidez y hospitalidad de la celebración. Entre las delicias más comunes se encuentran:
Estos momentos comunitarios fortalecen los lazos entre vecinos y generaciones, recordándonos que la fe no solo se profesa, sino que se vive en fraternidad, generosidad y alegría.

Para las familias católicas, Simbang Gabi ofrece una valiosa lección sobre el sacrificio gozoso. Levantarse antes del amanecer para asistir a Misa o dedicar un momento a la oración matutina enseña a los niños el valor de consagrar a Dios los primeros momentos del día.
Los catequistas pueden utilizar Simbang Gabi como una forma significativa de introducir temas del Adviento como:
Aprender sobre celebraciones como Simbang Gabi ayuda a los jóvenes católicos a comprender que la fe está viva y es hermosa en todos los rincones del mundo.
Incluso fuera de Filipinas, las familias y los educadores pueden adaptar el espíritu de Simbang Gabi a través de prácticas sencillas y llenas de fe:
Aprender sobre Simbang Gabi puede inspirar a las familias a:
En el contexto de la educación religiosa, esta fiesta es una oportunidad perfecta para:
Simbang Gabi ilustra de forma hermosa cómo la fe católica se arraiga en diversas culturas, permaneciendo unida en su misterio central: la venida de Cristo al mundo. Su luz une océanos, conectando a familias de todo el mundo en una alegría y esperanza compartidas.
Esta devoción filipina invita a los católicos de todo el mundo a vivir el Adviento como un tiempo de contemplación y celebración: una invitación a madrugar, abrir el corazón y preparar un lugar para Emmanuel, Dios con nosotros.
Simbang Gabi nos recuerda que la fe está viva en las horas de silencio antes de que el mundo despierte, cuando Cristo viene a quienes velan y esperan con esperanza.
Para las familias y los catequistas, esta tradición es una catequesis viva: una alegre invitación a hacer del Adviento un día radiante de oración, luz y amor. Dondequiera que esté este diciembre, que sus días se iluminen con la misma fe inquebrantable que brilla en cada paról, proclamando: ¡Maranatha! ¡Ven, Señor Jesús!
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