La Iglesia se despide del Papa Francisco, un líder cuya serena fuerza y firme testimonio dieron forma a más de una década de vida católica. Su fallecimiento ofrece a los católicos la oportunidad de reflexionar, no sólo sobre los hitos de su histórico papado, sino también sobre el espíritu con el que lo llevó a cabo: humilde, pastoral y profundamente arraigado en el Evangelio. Mientras lloramos su pérdida, también reconocemos el legado perdurable que deja tras de sí: un legado de misericordia, alegría y esperanza que sigue guiando a la Iglesia en su misión hoy.
El 21 de abril de 2025, la Iglesia y el mundo se despidieron de un pastor que guió con humildad, ternura y fe inquebrantable. El Papa Francisco, nacido Jorge Mario Bergoglio en Buenos Aires, Argentina, dedicó su vida a proclamar el Evangelio con la palabra y el ejemplo. Como primer jesuita y primer Papa latinoamericano, abrió nuevos caminos en la forma en que llamó a la Iglesia a servir a los pobres, cuidar la creación y vivir la alegría del Evangelio. Su papado, que comenzó en 2013, estuvo marcado por un compromiso con la sencillez, la compasión y la justicia social. Eligió residir en una modesta casa de huéspedes en lugar del Palacio Apostólico y fue conocido por su dedicación a los marginados.
Desde su primera aparición en el balcón de la Basílica de San Pedro en 2013, el Papa Francisco invitó a todas las personas a recorrer un camino de compasión y sencillez. Su mensaje era de misericordia y encuentro, un recordatorio de que Dios ve y ama a todas las personas. Ya fuera lavando los pies a los presos, abrazando a los enfermos o visitando en silencio a los refugiados, sus acciones se hacían eco del corazón mismo de Cristo.
Mientras los educadores católicos y las familias reflexionan sobre su notable legado, se nos recuerda que la misión de evangelización y catequesis continúa. El Papa Francisco instó con frecuencia a la Iglesia a encontrar formas nuevas y creativas de transmitir la fe, especialmente a los jóvenes. Su llamamiento resuena entre quienes dan vida a la fe en las aulas y en las comunidades parroquiales cada día.
Durante los momentos de reflexión litúrgica, o mientras se prepara a los alumnos para los sacramentos, su énfasis en el encuentro y el acompañamiento puede servir de modelo. Sus enseñanzas pueden entretejerse en las prácticas cotidianas, ya sea a través de oraciones estacionales reflexivas, ideas catequéticas o momentos familiares de oración y reflexión compartidas.
El Papa Francisco abogó por la unidad y el diálogo. Nos recordó que ser católico significa ser alegre, misericordioso y profundamente comprometido con las necesidades de los demás. Su papado nos deja una misión sencilla pero poderosa: Adelante. No tengáis miedo. Servid.
El Papa Francisco nos recordó en sus últimos días: "No fuimos hechos para la muerte, sino para la vida".
"No fuimos hechos para la muerte, sino para la vida". - El Papa Fancisco
Que podamos llevar adelante y compartir su mensaje de misericordia y esperanza, permitiendo que su vida inspire nuestro propio camino de fe y la promesa de la vida eterna por venir. Sadlier se une a la Iglesia mundial en el duelo por el fallecimiento de Su Santidad el Papa Francisco, compartiendo el profundo dolor por esta pérdida y uniéndonos en oración con nuestros hermanos y hermanas de todo el mundo.
Mientras reflexionamos y rezamos por el descanso de su alma, le invitamos a ofrecer Una oración por los que han muerto, una forma sencilla pero poderosa de honrar su memoria y la de todos los que nos han precedido en la fe.