El padre Virgilio Elizondo: Un misionero de la misericordia falleció

El padre Virgilio Elizondo se fue a su eterna gloria esta semana. Él fue un sacerdote de la arquidiócesis de San Antonio. Fue un gran pionero en muchos aspectos de la Iglesia católica en los Estados Unidos y muy reconocido internacionalmente. Fue pionero en la pastoral con hispanos, en la catequesis, al unir culturas diversas en la Iglesia, y les ayudó a muchos sacerdotes y ministros laicos a aprender a hablar español para poder servir a los hispanos en sus parroquias. Definitivamente, el padre Virgilio fue un gran personaje en nuestra historia como latinos en este país. Todas estas cosas el logró por ser una persona humilde y dedicada a la misericordia. Él nos brindó un sentido de la misericordia en la pastoral que se nos quedará con nosotros por siempre.

Los padres del P. Virgilio tenían una pequeña tienda de abarrotes. Su familia era muy devota a la Iglesia y a su comunidad. Él relataba que aprendió su fe católica y su sensibilidad por la misericordia por parte de su mamá y su papá. Él nació en el año 1935, y en ese tiempo había mucha discriminación contra los méxico-americanos en este país, especialmente en San Antonio. La discriminación desafortunadamente también era dentro de la Iglesia católica. Había muy pocas misas en español y si un sacerdote se atrevía a tener la misa en español era en el sótano o en lugares fuera de la parroquia. Él siempre tenía un aprecio por su cultura mexicana y el mismo aprecio por su identidad estadounidense. Desde muy joven, él no comprendía por qué dos culturas o nacionalidades no podían existir juntas. Eso después en su vida fue su lema, que las culturas de las personas enriquecen a nuestra Iglesia.

Después de ser ordenado sacerdote para la arquidiócesis de San Antonio, el arzobispo Lucey lo nombró como el director de la catequesis en 1967. Incluso el P. Virgilio acompañó al arzobispo al segundo Concilio Vaticano en 1962. En 1967, los dos asistieron a las reuniones internacionales en Medellín donde se empieza a fomentar la teología de la liberación y la metodología nueva de la catequesis, después del segundo Concilio Vaticano. Algunos años después, fue unos de los fundadores de PADRES, un grupo de sacerdotes méxico-americanos que luego formaron MACC o el Mexican-American Cultural Center.

En el MACC, el P. Virgilio se dedicó a proveer recursos para la pastoral hispana en este país. Una de las metas era que los materiales como los leccionarios, los sacramentarios, etc. existieran en español para la comunidad latina. También la otra meta del MACC fue que diversas culturas pudieran trabajar juntas dentro de la Iglesia. Todavía existe el MACC, pero ahora se ha convertido en un colegio para latinos donde uno puede terminar sus estudios superiores.

A mediados de la década de los sesenta, el P. Virgilio se fue a Francia a preparar su doctorado. El tema del doctorado fue el mestizaje. Un tema que ve la riqueza de la unión de varias culturas. Este estudio sigue siento la fundación de toda una rama de la teología llamada Hispanic Theology. Es una teología que destaca la cultura como un ejemplo de la belleza de Dios. A Dios lo encontramos a través de nuestra cultura. Él decía que la Virgen de Guadalupe es un buen ejemplo de mestizaje y de la belleza de Dios a través de la cultura.

La vida del P. Virgilio, después de que le otorgaron su doctorado en 1978, siguió con mucho éxito, fue rector de la catedral en San Antonio y se le reconoce que él fue uno de los impulsores del renacimiento del centro de San Antonio. Luego, fue profesor de teología junto al padre Gustavo Gutiérrez en Notre Dame. Siguió publicando libros, videos y artículos sobre la teología de la cultura.

El fallecimiento del padre Virgilio Elizondo es una gran pérdida para la Iglesia latina de los Estados Unidos. Que su inspiración y su esfuerzo de unir las culturas siga con nosotros por siempre.

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